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MIRADA AL INTERIOR


La mente requiere estructura para saber hacia dónde direccionar su potencial. Es común que a lo largo de la vida lleguemos a pensar (al menos a mi me pasó) que la disciplina es "aburrida" o que te "limita".

Personalmente asistí a un colegio SUMAMENTE estricto, en donde durante 12 años me vi expuesta a cosas que consideraba hasta ridículas (como el que me midieran los aretes y que si estos median más de una moneda de c5 nos mandaban boleta disciplinaria o que los exámenes los entregaran en orden de notas de mayor a menor con un profesor que indicaba frente a todos cuando pasaba a las notas "rojas"). Por esto, creo que al momento de graduarme inconscientemente me resistí a seguir "siendo así de disciplinada" y desaparecí de mi sistema el más mínimo interés en serlo.

En mi vida de adulta me la iba jugando así, hasta que hace un par de años decidí que no sólo quería sino que me merecía una vida más funcional, en armonía y en donde pudiera ser capaz de balancear mi vida personal, familiar, social y profesional. Para esto, definitivamente me tocó volver a ese término que no me hacía tanta gracia: "la disciplina". Si quería ver cambios, debía hacer cambios.

Ahí fue dónde descubrí que para poder cumplir con todas las tareas de mi día no sólo requería de mejores estrategias para manejar mis estados emocionales y de energía en general, sino que debía aprender primero como administrar de mejor manera mi tiempo, mis recursos y mi enfoque.

Empecé entonces a utilizar además de la meditación y el mindfulness (maravillosos e invaluables recursos para aprender a enfocar la mente), el bullet journal, time blocking, meal planning y el minimalismo como parte de mi filosofía del día a día y les puedo decir que mi vida cambió por completo (poco a poco les iré hablando más sobre cada uno de ellos).

Ahora no sólo soy capaz de disfrutar de esa maravillosa sensación de poner check a las tareas terminadas (me encanta) sino que luego me quedan bastantes espacios durante el día para simplemente SER y HACER lo que quiera. He aprendido entonces a disfrutar lo que esté haciendo y conectarme con eso. Si estoy trabajando, tabajo. Si estoy lavando los platos, disfruto y me conecto con esas sensaciones del momento (bien podría no tener la posibilidad de hacerlo). Y así voy a lo largo del día.

Claramente mi vida NO SIEMPRE FUE ASÍ. Requirió de mucha sinceridad conmigo misma al reconocer que no estaba viviendo la vida que deseaba vivir. Luego, trabajé la claridad para identificar lo que sí deseaba y COMPROMETERME con ello.

No pretendo decirte que ahora no me distraigo (porque tiendo a ser bastante dispersa si dejo mi mente suelta), pero lo que quiero rescatar es que si tenemos un norte claro, las distracciones no nos "revuelcan" y nos alejan de la meta. No ha sido fácil ser mamá de dos niños, esposa, emprendedora x 2 y además hacerme cargo de todas las tareas de mi casa (sí, yo me encargo de esa parte también), pero con buen enfoque se logra lo que en otro momento consideraríamos IMPOSIBLE.

MIRADA AL INTERIOR (Ejercicio sugerido):

Entonces para hoy quiero invitarte a mirar ¿cómo está tu nivel de disciplina y enfoque ( de "efectividad") en tu presente? ¿Qué tan fácil se te da el planificar tus tareas y objetivos semanales? ¿Cuentas con buenas estrategias que te permiten ir avanzando en tu vida pero sin sentirte abrumado o drenado? Del 1-10, siendo 1 nada y 10 mucho, ¿qué tanto lograste esta semana de lo que te habías propuesto?

Segundo, ¿cuál es o podría ser tu mayor motivador para mantenerte conectado con eso nuevo que deseas lograr o desarrollar en tí? Anótalo en un papelito o en tu journal de trabajo (creo que te será de mucha utilidad tener uno para todo lo que iremos trabajando por acá). ¿A qué o a quién le dedicas ese esfuerzo/tarea que vas a realizar? ¿Qué es para ti tan valioso que hace que le gane a la "distracción"?

Para mí sin duda mi mayor motivación e inspiración además de mis hijos maravillosos (motivador externo) es el valor de la LIBERTAD (motivador interno). AMO sentirme libre y dueña de mi tiempo y poderlo dedicar a hacer lo que yo elija. Entonces esto ha sido mi motor para saber que si me comprometo con esas estrategias que he comprobado son para mi tan efectivas, todo el resto del tiempo queda libre.

Entonces, cuando la distracción se asoma, no la resisto ni peleo con ella. Simplemente le digo que tengo planes y que para cumplirlos requiero terminar primero lo que estoy haciendo... Y chao!

Si tienes algún comentario o hay algo que me quieras compartir, te invito a escribirme a contacto@rebecontreras.com


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