Vivimos en mundos interpretativos y de aquí la tan acertada frase de que CADA CABEZA ES UN MUNDO. Entonces, si queremos ver una realidad distinta, es necesario tomar consciencia del tipo de percepciones que estamos teniendo.
El ego se nutre de la separación y de la falsa creencia de que es el dueño de la verdad. Por esta misma razón es que se le hace tan difícil aceptar que las cosas no son a como cree que son, sino un reflejo de su manera individual y particular de ver e interpretar cada aspecto en su vida.
¿Y cómo percibimos el mundo? A través de los sentidos. Eso que el "YO" con "su cuerpo" está viendo, oliendo, sintiendo, escuchando y/o saboreando se convierte automáticamente en su INTERPRETACIÓN basada en las experiencias del pasado y juicios de valor/creencia previamente adquiridas.
Entonces un paso maravilloso en el camino del crecimiento personal y espiritual es comprender que todo, absolutamente todo lo que percibimos tiene un significado único que es aquel que nosotros le estamos dando en ese momento, pero que si cambiamos la manera de percibir, la percepción en sí misma cambiará también.
MIRADA AL INTERIOR
(Práctica sugerida para acompañar la reflexión):
Toma 2 minutos cada día para observar con atención e intención las interpretaciones que surgen en ti ante un objeto o situación específica. Por ejemplo, toma un objeto que tengas justo cerca de ti en este momento y míralo con detenimiento. Ahora percibe todo lo que llegue a ti al llevar el enfoque a eso. ¿Qué sientes al verlo? ¿Qué pensamientos llegan a tu mente? ¿Qué significado tiene eso para ti? Ahora piensa en una experiencia reciente que tuviste. ¿Con qué ojos lo miras? ¿Dé dónde proviene esa manera de interpretar lo vivido? ¿A quién te recuerda esa "voz" que escuchas en tu cabeza cuando surge un juicio?
AFIRMACIÓN: ME PERMITO VER EL MUNDO CON AMOR Y BONDAD.
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Además, si tienes algún comentario o si quisieras empezar a trabajarlo en sesión uno a uno, te invito a escribirme a contacto@rebecontreras.com
Linda semana.
Rebe