Evidentemente todos desearíamos no tener que pasar nunca por momentos de caos, incertidumbre y dolor. A pesar de esto, la vida está llena de altos y bajos que nos hacen poner en práctica estrategias que en su gran mayoría, ni sabíamos conscientemente que teníamos.
La resiliencia se define en psicología como la capacidad de las personas de adaptarse y sobreponerse a períodos de dolor emocional y situaciones adversas. Originalmente se decía que era una habilidad innata, sin embargo en los últimos años se ha concluido que no sólo depende de factores individuales sino también familiares, sociales y culturales.
Entonces, siendo esto tan importante y tan parte de nuestras vidas, ¿cómo podemos hacernos más resilientes?
DESARROLLA LA ACEPTACIÓN.
Aprende a aceptar tu vida y las situaciones por lo que son y no por lo que desearías que fueran. De esta manera estarás quitándote un gran peso de encima al intentar cambiar lo que no es posible cambiar. Amar lo que ES.
MANTÉN LA CALMA.
Respira profundamente y toma consciencia de que este momento o experiencia es temporal. Permite que tu intuición te indique la mejor solución al mantenerte en calma y desapegado de las emociones negativas que puedas estar sintiendo. Deja que siga su camino.
ENFÓCATE EN LO POSITIVO.
Aunque en el momento de la tormenta es difícil ver lo positivo, cada situación que llega a nuestras vidas viene con una gran lección detrás. Date la oportunidad de identificar aquello que te hará mejor persona o lo que dejará en ti esta vivencia.
CONFÍA EN TI MISMO.
Las respuestas que necesitamos se encuentran ya en nosotros mismos. Confía en tu propia intuición y recuerda como en otros momentos anteriores has sido capaz de salir adelante.
CONÉCTATE CON LA GRATITUD.
La gratitud nos permite poner la atención y por ende la intención y energía en aquello que sí está "bien". En momentos de dificultad nada resulta tan valioso como llevar nuestra mente y corazón a una vibración más elevada. Empieza a pensar en aquello que agradeces a pesar de lo que estás viviendo en este momento.
ESTABLECE METAS Y DA SIEMPRE LO MEJOR.
Cuando tenemos un plan claro de hacia dónde deseamos ir y nos comprometemos a dar siempre lo mejor, somos capaces de aceptar las "caídas" o momentos negativos con menor resistencia. Si hemos dado lo mejor, sabemos que no hay nada que hubiera podido impedir la situación. Analiza lo sucedido y replantea la nueva estrategia. Todo es parte del camino.
CULTIVA LAS RELACIONES Y BUSCA APOYO CUANDO LO NECESITES.
El contar con un grupo de personas a tu alrededor no sólo es gratificante y enriquecedor, sino que te permite contar con un apoyo sólido en momentos de debilidad. Esa palabra de apoyo o aliento de quien te conoce y te aprecia te recordarán que no estás solo.
Pero sobre todo, permítete vivir la experiencia sin juzgarte ni exigirte de más. Estás en el momento justo viviendo aquello que necesitas para tu evolución y máximo crecimiento. ¡TODO ESTÁ Y ESTARÁ BIEN!
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