Poco nos cuestionamos sobre el valor tan grande que tiene el poder respirar y es hasta que nos vemos limitados de este recurso, que entendemos lo que verdaderamente significa.
Respirar va más allá de un simple acto involuntario, es en realidad la vida misma. Aquel primer respiro que dimos al nacer y el último que daremos antes de partir parecieran ser los únicos relevantes; cuando en realidad cada inhalación y exhalación son una maravillosa oportunidad para recordar que estamos vivos y que el momento presente es lo único real.
¿Qué pasa con tu respiración cuando te emocionas, cuándo sientes miedo, cuándo te ejercitas o cuándo hablas con otros? Aunque no te percates de ello, tu respiración refleja mucho sobre tu personalidad y tu manera de vivir la vida. ¿Te entregas al acto de respirar de manera consciente y profunda o tiendes a respirar de manera rígida y superficial?
A través de la práctica de la respiración consciente, no sólo permitimos una adecuada oxigenación de nuestras células, sino que nos abrimos a la posibilidad de llenar nuestro cuerpo de la energía del Universo. Así mismo, al exhalar sacamos de nuestro ser todo aquello que ya no necesitamos y abrimos espacio para una verdadera expansión interior.
Esta manera de respirar, nos abre las puertas para liberar miedos, ansiedades, angustias, dolores, tensiones, inseguridades, elevar la autoestima y llenarnos de paz mental. Es además una herramienta extraordinariamente poderosa de sanación de adentro hacia fuera que nos permite hacernos conscientes de las pautas nocivas que repetimos en nuestra vida día tras día.
Pero entonces, ¿cómo debe ser esa respiración?
FLUIDA Y RELAJADA
Tratar de encontrar nuestro propio patrón de respiración. Realmente no se requiere que tenga una velocidad específica sino que entre y salga de manera regular. Que no se sienta forzada sino que sea lo más natural posible.
PROFUNDA
Se debe intentar que al inhalar, el aire no se quede solamente a "nivel de nariz", sino que baje por nuestra traquea, pecho, pulmones hasta llegar a expandir el abdomen. Igualmente al exhalar, debemos enfocarnos en vaciar por completo los pulmones como si estuviéramos exprimiendo hasta la última gota de un limón.
CONSCIENTE
Poner la atención específicamente en la respiración por al menos un par de minutos al día, bastarán para crear nuevos patrones en nosotros y disfrutar plenamente de sus beneficios. Quitar el piloto automático y observar con intención lo que sucede en nuestro cuerpo en ese instante mágico.
Ahora que hemos dado un primer paso con el tema de la respiración consciente, te invito a ponerla en práctica y conectar con ese regalo de sanción interior que tienes al alcance.
Recuerda que para cualquier duda o comentario me puedes escribir a contacto@rebecontreras.com